TESTIMONIOS SOBRE HECHOS SOBRENATURALES, PARANORMALES, OCULTISMO, ARTES Y MAGIA DEL GLORIOSISIMO PUEBLO PERUANO



viernes, 19 de marzo de 2010

Cañete - Perú. Historia vivida por un viajero al sur de Lima.




Esta es una historia que me conto un ex policía de la Guardia Civil del Perú. El había pasado al retiro hace mucho tiempo por medidas disciplinarias, le gustaba referirse de sí mismo como "realmente un hijo de puta". Lo que se disponía a contarme lo hizo modificar su actitud de seguridad, me pude dar cuenta por su lenguaje corporal, la boca se le secó y comenzó a dejar de parpadear, empezó a sobarse las manos y secárselas con su pantalón.
Lo primero que hizo fue disculparse y aclararme lo valiente que él era en ese entonces y hasta ese momento; me dijo "sobrino, mire lo que le cuento es cierto y yo estoy seguro que sigue vivo, oculto...". Al empezar a contarme sentí que, esa noche, por un momento toda la Plaza de Armas quedaba en silencio, como si presentes o quizá "ausentes" quisiesen enterarse. Al principio pensé que me había sugestionado, por otro lado pensaba que tan tremenda podría ser la historia que tenía que contarme este hombre...
“Trabajaba destacado en distrito de Cañete en Lima allá por el ano 1972,serian como las 11 de la noche de un Domingo de invierno en Agosto, después de dar nuestra acostumbrada ronda por el Castillo Unánue, lugar que nunca me gustó en las noches por los innumerables historias de luces y sombras que lo parecen habitar, nos dirigíamos por la trocha que nos llevaba a la Panamericana Sur, íbamos lento y con las luces altas de un patrullero viejo Dodge, pedí a mi compañero se estacionara mirando la carretera, nos pusimos cómodos esperando fuese como cualquier otro Domingo. Recuerdo que la temperatura bajó, así que me puse mi chalina y guantes, me puse cómodo y me dispuse a dar una ojeada (dormir)…
Había un árbol al final de una intersección, fui volando donde mi esposa, caminamos por la chacra y ella me señaló una roca muy extraña, parecía que tenía una cabeza de animal, no, no , era la como la cara de un humano. Cuando me di cuenta de eso mi esposa me sujetó de las manos.
Desperté abruptamente. Estaba en el patrullero, mi compañero tenía muy abiertos los ojos y se había sacado su gorro: Orlando escucha, escucha!!!....qué puede ser..??- Oí ladridos. Es un perro, no seas maricón!- claro que era un perro, pero yo también me llené de temor, porque jamás había escuchado un perro aullando así, con tanta desesperación. Lo más terrible era qué podría estar sucediendo -Guarda la calma carajo!! le dije - guarda la calma!!- Pensé que podía ser algo del castillo, el sonido se empezó a acercar rápidamente, así que cerramos las ventanas; te juro que comencé a sudar frio y el cuerpo se me erizó, era un miedo muy intenso que no tenía lógica. El sonido fue creciendo, esta vez acompañado del galope del perro. A pesar del temor, yo debía saber qué sucedía, así que prendí los faros del carro porque mi amigo se había quedado congelado y mudo con las manos juntas como en un acto de rezar. Lo que vi al prender la luz fue alucinante: un perro de mediano tamaño pasó delante del patrullero corriendo desesperadamente, era perseguido por un ser tipo humano muy alto pero desproporcionado, las piernas muy largas al igual que los brazos, cabeza pequeña, era de color oscuro con poco pelo. El ser se movía muy rápido pero cegado por la luz del patrullero, paró porapenas una fracción de segundo, para luego salir corriendo tras el perro, como un animal tras su presa. Ambos nos quedamos sin respiración. Le dije de inmediato que prenda el carro para seguirlos, pero mi compañero se rehusó. Ambos nos quedamos callados y acordamos guardar silencio. El hecho duró apenas unos breves instantes pero las piernas me temblaban y no atiné a bajar del patrullero. Luego de unos minutos en silencio mi compañero prendió el carro y nos fuimos por donde habíamos llegado.
Cuando terminó de contarme su historia le pregunté porqué no regresó por las huellas pero el ex policía me dijo que tuvo q ir a Lima por trámites, que su amigo no quiso volver a hablar del tema pero que está seguro, aún después de tantos años, que lo que vio no era algo humano: “Sobrino, en las noches, fuera de las ciudades, en los pueblos, pasan cosas increíbles”.

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